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Degeneración Macular y “células madre”

A propósito del articulo publicado en la revista New England Journal of Medicine del 15 de marzo pasado , en el que se informa de que tres mujeres han quedado ciegas , tras recibir inyecciones de células madre en ambos ojos , en un centro de Florida(E.E.U.U.) ; nos hacemos eco de la nota publicada en la pagina web de la Asociación Macula-Retina , que dice :

“Los daños ocasionados por el tratamiento contrastan con la evolución favorable de una cuarta mujer, en este caso japonesa, que fue tratada de la misma enfermedad de la retina pero con un tipo distinto de células madre. Dos años después de la intervención, liderada por el premio Nobel Shinya Yamanaka y su colega Masayo Takahashi, no ha sufrido ningún efecto secundario significativo y su visión ha dejado de empeorar.

La publicación de ambas experiencias hoy en la revista The New England Journal of Medicine ilustra las diferencias de criterios que conviven en el campo emergente de las células madre. Mientras unos centros médicos como el de Miami buscan el beneficio económico y venden tratamientos que no han demostrado ser seguros ni eficaces, otros como el de Japón priorizan la seguridad de los pacientes y el progreso científico

En el caso de las tres mujeres tratadas en la clínica de Florida, de 72, 78 y 88 años, estaban diagnosticadas de degeneración macular y tenían la esperanza de frenar la progresión de la enfermedad. La degeneración macular está causada por un deterioro de la mácula, una parte de la retina esencial para distinguir detalles, y se caracteriza por una pérdida progresiva de la capacidad de ver imágenes con nitidez.

La clínica había anunciado un ensayo clínico para tratar la degeneración macular con células madre. El motivo para aplicar la terapia en el marco de un ensayo clínico es que era experimental. Curiosamente, cada una de las pacientes debió abonar 5.000 dólares por el tratamiento, lo cual es insólito en un ensayo clínico. Aun más curiosamente, el tratamiento se aplicó simultáneamente en ambos ojos.

La terapia se basó en un tipo de células madre llamadas mesenquimales que les extrajeron de grasa del abdomen, procesaron en el laboratorio y les inyectaron en el interior de los ojos.

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Entre dos y tres días después de la intervención, las tres afectadas se presentaron en servicios de urgencias de oftalmología. El caso más dramático es el de la mujer de 72 años, que tenía una visión razonablemente buena antes del tratamiento, con un 66% de agudeza visual en el ojo izquierdo y un 33% en el derecho.

Cuando se presentó en urgencias, tenía una presión anormalmente alta en el interior de los ojos, los cristalinos desplazados por esta presión, hemorragias en ambos ojos y daños en las retinas. Un año después, está completamente ciega, sin ninguna sensibilidad a la luz en ninguno de los dos ojos.

La paciente de 88 años sólo puede percibir luces y sombras. La de 78 años está algo mejor, con un 10% de agudeza visual en un ojo. Aun así, está legalmente ciega.

Estos casos “son un testimonio de lo que puede ocurrir cuando las salvaguardias habituales de la medicina no se ponen en práctica”, declara Thomas Albini, uno de los oftalmólogos de la Universidad de Miami que ha denunciado la mala praxis en The New England Journal of Medicine. “Estas pacientes fueron tratadas en una clínica pirata, sin experiencia en tratamiento de enfermedades del ojo, que ofrecía terapias sin eficacia probada y con riesgos que no se comprenden bien”. Albini advierte que “múltiples clínicas están ofreciendo este tipo de terapia”.

Los abusos de la clínica pirata de Florida contrastan con la cautela con que ha actuado el equipo del premio Nobel Yamanaka y su colega Takahashi en el Centro de Biología del Desarrollo Riken de Kobe y en la Universidad de Kioto (Japón). Han atendido a dos mujeres de 69 y 77 años, también afectadas de degeneración macular, en el marco de un ensayo clínico. El objetivo del ensayo era evaluar la seguridad de un trasplante de células, pero no su eficacia. Han preparado cuidadosamente el tejido para el trasplante a partir de células de la piel. Las han procesado en laboratorio para obtener un tipo de células madre llamadas iPS y las han reconvertido en células especializadas de la retina. El objetivo era elaborar una fina capa de células para implantarla directamente en la retina.

En las células iPS de la paciente más joven, los investigadores detectaron una alteración genética y decidieron no realizar el trasplante. La otra paciente recibió el trasplante en septiembre del año 2014, según los resultados que se presentan hoy. Veinticinco meses después, la capa de células trasplantadas permanecía intacta y no se había observado ninguna reacción de rechazo inmunitario ni ningún otro efecto secundario significativo. El hecho de que la visión de la paciente haya dejado de empeorar invita a pensar que el trasplante, además de seguro, es eficaz, aunque harán falta datos de más pacientes para comprobarlo.

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Curar la ceguera con células madre

La catarata es la primera causa de ceguera tratable en adultos, y afecta a unos 200.000 niños en el mundo. Consiste en la degeneración del cristalino, la lente natural del ojo, que se vuelve opaco. Suele tener origen en propio proceso de envejecimiento de este órgano. También puede ser congénita y afectar al niño desde su nacimiento. La técnica más extendida para tratarla consiste en limpiar el material que afecta a la transparencia de la lente, y sustituir esta por una lente intraocular artificial. Sin embargo, esta operación tiene en ocasiones efecto temporal, y no siempre alcanza el éxito deseado, especialmente en niños, ya que están en pleno crecimiento. Un equipo de investigadores chinos de la Universidad  Sun Yat-Sen de Guangzhou ha presentado recientemente una técnica experimental alternativa a la sustitución del cristalino, que logra la regeneración de los tejidos mediante el uso de células madre del propio paciente. Aún en fase experimental, la técnica ha sido probada con éxito en conejos y macacos, y posteriormente en niños menores de dos años afectados por catarata congénita.

Un artículo publicado recientemente en la revista Nature revela los detalles de esta investigación. El hallazgo científico se centra en la capacidad para las células madre de la propia lente para regenerarse: la lente dañada es retirada dejando las células madre, que trabajan hasta regenerar una nueva, con lo que la visión mejora progresivamente en los meses siguientes. Concretamente, el estudio realizado en doce bebés de menos de dos años comprobó que la incisión en la lente se recuperaba en menos de un mes, y la visión mejoraba considerablemente. La investigación debe ahora abordar un ensayo clínico que amplíe los resultados a un número mayor de pacientes que permita refutar su éxito, y un seguimiento más prolongado para descartar efectos adversos. Se estima que en cuatro o cinco años la técnica podría hacerse extensiva a pacientes más allá del estudio. La investigación en adultos aún no se ha iniciado, pero los resultados obtenidos hasta el momento son muy esperanzadores, pues descubren un nuevo paradigma para el tratamiento de diversas enfermedades oculares originadas por daños en diferentes tejidos.

Mejora apreciable en la tabla optométrica

Con esta técnica, la visión podría mejorar hasta ver incluso las letras más pequeñas de la tabla optométrica. Ilustración basada en la gráfica de Jeff_Dahl

Generando otros tejidos oculares

Las investigaciones sobre la capacidad del ojo para regenerarse a partir de sus propias células madre no acaban en el estudio del doctor Zhang en China. En otro artículo publicado en Nature se difunden los resultados de un segundo estudio realizado en la universidad de Osaka, en Japón, bajo la dirección de Kohji Nishida. En él se ha ensayado la regeneración de diferentes tejidos del ojo partiendo de células madre, llegando a recrear el desarrollo completo de la estructura ocular. Los resultados sientan las bases para la futura posibilidad de trasplantar tejidos sanos en ojos enfermos para restaurar una visión deteriorada por diversas causas. Si bien la investigación japonesa es menos amplia que la de los investigadores chinos, ­–no ha llegado a la fase de aplicación en humanos– sus hallazgos resultan muy interesantes para estudiar a fondo el desarrollo normal de un ojo desde cero. La replicación celular podría también realizarse utilizando células de un órgano enfermo para ayudarnos a entender mejor el origen y la evolución las dolencias. En resumen, se trata de un paso clave para investigar y tratar enfermedades oculares de una manera totalmente diferente a la que habíamos utilizado hasta ahora. Su potencial, aún por explorar, puede llevarnos a resolver enfermedades de visión hasta ahora incurables.