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Alergia primaveral y cuidado de los ojos

Con la llegada de la primavera se alargan los días y mejora la temperatura. Vuelve a apetecer realizar actividades al aire libre y disfrutar del buen tiempo. Sin embargo, el momento de dejar atrás el abrigo marca para muchas personas el inicio de una época del año nada placentera. Los síntomas de la alergia primaveral se hacen un sitio en las vidas casi un 30% de la población española: lagrimeo, congestión, estornudos, picor de garganta y de nariz, e incluso asma llegan para complicar el día a día de millones de personas. La causa de tanto malestar es una reacción del sistema inmune al polen que flota en el aire durante la primavera, si bien existen alergias que pueden prolongarse hasta el verano según la zona donde se vive. Por desgracia aislarse totalmente de este factor ambiental es difícil, por no decir imposible, así que hay que considerar otras maneras de impedir que las molestias alteren nuestra vida normal.

Más vale prevenir

Una de las estrategias para reducir los síntomas de la alergia primaveral es evitar exponerse al elemento que los provoca. Aislarse del polen totalmente es imposible, pero sí se puede reducir el contacto con él siguiendo algunos consejos:

  • Infórmate sobre los niveles de polen. Hoy en día existen numerosas fuentes de información para conocer los niveles de polen que hay en el ambiente en cada momento: además de sitios web específicos existen también aplicaciones para smart phone que nos alertan cuando los niveles son elevados. Esto nos permite acomodar nuestra actividad en la medida de lo posible para huir del contacto intenso con los alérgenos.
  • Evita exponerte demasiado. En este sentido, es recomendable permanecer en el interior los días de mayor concentración de polen, y en los días de viento.
  • Ventila la casa a en las horas centrales. Evita abrir las ventanas en las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, cuando mayores son las emisiones de polen al ambiente.
  • Usa filtros anti polen en casa y en el coche. Instálalos en los aparatos de aire acondicionado y cámbialos con frecuencia.
  • Cuida tu ropa. El polen se deposita en la ropa con facilidad, para que no se acumule en tu vivienda evita tender la colada en el exterior y cámbiate de ropa al llegar a casa. Lava a menudo la ropa de cama y evita alfombras y cortinajes pesados, en los que se pueden acumular alérgenos.

Otro truco es lavarte el pelo siempre de noche, para evitar que el polen depositado en el cabello pase a la almohada y entre en contacto con los ojos.

Paseo por el campo en floración

Si tienes alergia al polen, la mejor prevención es evitar exponerte en exceso

 

Tratamiento de la alergia primaveral

Cuando la prevención no logra inhibir los síntomas, existen tratamientos que nos ayudan a mitigarlos. El más adecuado para cada caso dependerá del tipo de afectación que sufra el paciente. Por ejemplo puede limitarse a una alergia local en los ojos, aunque es muy común que las molestias sean generales y afecten a varios niveles: respiratorio, en piel, en nariz, etc. En primavera es muy común que aparezcan rinoconjuntivitis que asocian el goteo nasal de una rinitis y síntomas de la conjuntivitis alérgica, de la que hablamos más adelante en este artículo. Estos casos suelen tratarse con medicamentos antialérgicos en colirio combinado con algún antialérgico general que ayude a sobrellevar los problemas respiratorios nasales o bronquiales. Cuando la alergia primaveral se da sólo en el ojo, es preferible tratarla localmente aplicando solamente colirios.

También existe la posibilidad de utilizar vacunas para protegerse contra los incómodos efectos de la alergia. La vacuna es el único tratamiento que actúa sobre la raíz del problema en lugar de ocuparse de los síntomas. Aunque no inmuniza al 100% ni está indicada para todos los casos, sí puede evitar complicaciones graves como que derive en asma alérgica o en bronquitis aguda. Consulta con tu alergólogo si tu caso es susceptible de ser tratado con inmunoterapia.

 

Conjuntivitis alérgica y primavera

Las alergias de los ojos, llamadas conjuntivitis alérgicas, son un problema común que surge cuando los ojos se protegen reaccionando contra algo que los irrita, como es el polen en la época primaveral. Los ojos liberan histamina para combatir el alérgeno, como consecuencia de lo cual se irritan y se hinchan los párpados y la conjuntiva, que es la delgada membrana que recubre el interior de los párpados y el exterior blanco del globo ocular. Picor, lagrimeo y ardor son los molestos síntomas, que pueden extenderse hasta el fin de la estación primaveral. Aunque los síntomas pueden parecerse, la conjuntivitis estacional se diferencia de la bacteriana o viral en que no se transmite de persona a persona.

ojo con conjuntivitis por alergia primaveral

La conjuntivitis alérgica es típica de la primavera y produce enrojecimiento y picor en los ojos

Cómo cuidar los ojos si sufres alergia primaveral

De los distintos tipos de alergia ocular que existen, la alergia estacional es la más frecuente, llegando casi al 90% de los casos. Los síntomas son muy conocidos: los ojos se enrojecen, pican y lagrimean. Si estas primeras molestias no se tratan, se comienza a generar una segunda fase inflamatoria, en la que los problemas son más numerosos y más graves. Por ejemplo, puede desarrollarse queratitis atópica, un engrosamiento anormal de la córnea consecuencia de la inflamación. Por eso es importante actuar con prevención y tratamiento, que impedirá que los problemas crezcan o se cronifiquen. Dejarlo evolucionar hasta que pase la estación no solo es molesto sino también peligroso para nuestros ojos. ¿Y cómo actuar? Puedes empezar siguiendo estos consejos:

  • Evita exponerte al polen siguiendo los consejos que hemos compartido para minimizar sus efectos nocivos en tu sistema inmune.
  • Usa gafas de sol en el exterior que limiten el contacto de tus ojos con el polen. Lee más sobre cómo elegirlas en esta entrada.
  • Utiliza medicación específica. Existe una gran variedad de productos de aplicación local que ayudan a mitigar los síntomas. Los colirios son los más populares, algunos de ellos muy perfeccionados hasta el punto de utilizarse sólo una vez por día. Como con cualquier medicamento, hay que evitar utilizarlos sin control ni consejo profesional, con especial cuidado en el uso de las gotas con corticoides. Si bien son muy eficaces cuando se prescriben profesionalmente para solventar un problema puntual, utilizados de manera incontrolada pueden fomentar la aparición problemas mucho más graves, como catarata o glaucoma. El uso de gotas antinflamatorias o antihistamínicas se aconseja sólo cuando hay reacciones graves, y siempre bajo control oftalmológico. Funcionan mejor si se utilizan antes de entrar en contacto con el polen.
  • Aplícate compresas frías en los ojos para calmar la inflamación.
  • Usa lubricantes que ayuden al ojo a expulsar el polen, evitando la respuesta alérgica. Consulta a tu oftalmólogo para que te ayude a elegir uno adecuado.

La alergia primaveral no suele ser grave pero puede llegar a ser muy molesta, y no siempre pueden frenarse completamente sus síntomas. Aunque no podemos evitar que el polen llegue al ambiente en los meses más cálidos, sí tenemos opciones para minimizar sus efectos sobre nuestro sistema inmune. Lo más importante es que cuides y trates bien tus ojos, y que como siempre consultes con tu oftalmólogo cualquier duda que tengas.