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¿Cuáles son las ventajas de esta técnica?
- Es permanente: logra una agudeza visual óptima con una gran comodidad para el paciente, que no tiene que preocuparse más.
- Es reversible: la lente implantada puede retirarse o sustituirse por una nueva si es necesario. Por ejemplo, si con la edad aparece un problema de visión nuevo como la presbicia o las cataratas.
- Ofrece diferentes posibilidades en la elección de la lente, y por tanto soluciona problemas de visión muy diversos adaptándose a cada caso personal.
- Es aplicable en casos en los que la cirugía refractiva láser no está indicada, por ejemplo en graduaciones altas.
- Las molestias son mínimas. La operación es corta, y el postoperatorio es muy breve e indoloro.
¿Cómo es el proceso?
- Realizamos pruebas diagnósticas iniciales para identificar con precisión el alcance y las particularidades del problema de cada paciente. Esto nos permite decidir la técnica y la lente idóneas para cada caso.
- La intervención dura unos 15 minutos por ojo. Tras dilatar la pupila se implanta la lente, que es como una lentilla diminuta y flexible, preparada para no moverse dentro del ojo. Una vez colocada, no se notará, más allá de una leve molestia que suele durar un día.
- Tras la intervención, el paciente puede irse a casa, aunque debe procurar no tocarse ni frotarse los ojos durante las primeras horas.
- Los días posteriores, debe usarse cierta medicación y acudir a revisiones. A las dos semanas lo único que quedará de la intervención será una visión normal.
¿Cómo sé si soy candidato a la operación?
Se aconseja esta técnica para eliminar problemas de visión en pacientes que cumplen alguno de estos requisitos:
- Tienen graduaciones medias-altas
- Tienen alguna característica que desaconseja la cirugía refractiva, como córneas muy delgadas o pupilas muy grandes.
- No presentan problemas de tensión ocular